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Me da miedo usar la copa menstrual

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Me da miedo usar la copa menstrual. Miedo. Esa es una de las palabras que más oigo cuando hablo con mujeres que no usan aún la copa menstrual. Estas son las frases que más escucho:

‘No es para mi’
‘Me da miedo ponérmela ‘
‘Me da miedo quitármela’
‘Me da miedo mancharme’
‘Me da miedo cambiarme fuera de casa’
‘Me da miedo equivocarme con la talla’

Miedo miedo y más miedo. Si te das cuenta el miedo nos persigue y condiciona nuestras decisiones. ¿Cuántas veces has hecho algo que te daba mucho miedo y has pensado ‘buah, no era para tanto, ojalá lo hubiera hecho antes’?

Durante nuestra vida nos han enseñado a usar productos para nuestra menstruación sin pensar en sus consecuencias. Con un packaging colorista, efectista y hablando de practicidad nos han vendido un producto como bueno, y nos han ido bombardeando con anuncios en los que la palabra ‘fácil’ se repetía constantemente. Esa es la educación menstrual que hemos recibido. Todo lo que no salía en los anuncios no existía o no era una opción válida. ¿Te das cuenta ahora de cómo se puede llegar a este punto de tener pánico a usar un producto como la copa menstrual? Cuando realmente es mucho más sano, práctico, barato y ecológico. Puro desconocimiento.

El miedo nos condiciona

Aceptamos el uso de tampones, por ejemplo, porque nos han vendido una idea sobre ellos que realmente no es verdad. ¿Quién no se ha sentido incómoda alguna vez con un tampón? Porque reseca y al quitarlo, si no está lleno, duele y molesta. ¿A quién no le ha picado alguna vez la vagina o la vulva usando protegeslips o compresas? Porque están hechas con plástico y blanqueadas con cloro y dioxinas. ¿A quién no le ha dado asco ver su propia compresa manchada, con esa mezcla de azul y rojo? ¿Ese olor asqueroso cuando se te olvida tirar la basura del baño? Y sin embargo seguimos usándolos porque crees que el problema lo tienes tú. Que la que huele mal es tu sangre, tu vagina. Que la culpa de que tu vagina esté seca es tuya y usando lubricante se te va a quitar.

Y sin embargo existen alternativas mejores que aún nos dan miedo. Deberíamos estar tan hartas de sufrir las consecuencias de los productos que usamos que no nos lo pensáramos dos veces antes de probar algo nuevo. El problema es que en muchos casos no conocemos estas consecuencias porque no se habla lo suficiente de problemas tan graves y habituales como el Síndrome del Shock Tóxico.

El síndrome del shock tóxico

  • Los tampones normales que no se fabrican sólo con algodón, si no que se contienen rayón y otros materiales sintéticos.
  • Los tampones se deshacen dentro de nuestra vagina dejando fibras que se pegan en nuestras mucosas y se pudren.
  • Las compresas están hechas con plásticos que impiden que nuestra piel respire y por eso la vulva y la piel de alrededor pica y se pone roja.
  • Los productos de higiene femenina tradicionales no son biodegradables y tardan décadas en descomponerse. Somos unas generadoras de basura.

Te voy a contar lo peor que te puede pasar si te atreves a usar la copa:

  • ‘No es para mi’ Hasta que no la hayas usado no podrás hacer un veredicto así de firme. Simplemente.
  • ‘Me da miedo ponérmela’ Lo peor que te puede pasar al ponértela es que te toques tu propia vulva y labios vaginales tratando de colocarla bien. Puede que descubras tu anatomía genital de una manera que antes no habías tenido ocasión antes. Que descubras que la vagina es flexible y que algo tan pequeño como una copa menstrual doblada entra con facilidad. Puede ser que te manches los dedos con tu propia sangre; descubrirás que con agua se limpian y que tu sangre no huele mal.
    ‘Me da miedo quitármela’ Lo peor que te puede pasar es que te tengas que meter el dedo índice hasta arriba del canal vaginal para hacer ‘gancho’ y sacar así la copa. Como te he dicho antes, tu vagina es flexible y esto no debería hacerte daño. Lo siguiente que te puede pasar es que te manches la mano con tu propia sangre; una sangre que aún no se ha oxidado dentro de tu cuerpo y que huele a eso; sangre. Y quizás aprendas a controlar mejor tus nervios y tu ansiedad anticipatoria y empieces a respirar hondo cuando algo te da miedo. Pero la copa siempre, siempre, sale.
  • ‘Me da miedo mancharme’ Lo peor que te puede pasar es que te manches las braguitas y los pantalones y los tengas que lavar. Empieza usando la copa con un protegeslip de tela, asi te sentirás más segura. Lejos de lo que cuentan los anuncios, no tienes por qué ponerte pantalones blancos el día que estás menstruando. Si te da pánico manchar, ponte unos vaqueros, nadie mas que tú lo notará. Y te cuento un secreto: todas nos hemos manchado alguna vez utilizando compresas, tampones, bragas, copas… Aunque los anuncios te digan lo contrario; es NORMAL.
  • ‘Me da miedo cambiarme fuera de casa’ Practica. Hasta que no practicas no te apañas. Es decir, la primera vez puede ser un poco más desastre, pero luego es como cualquier otra cosa en la vida. En serio, ¿te atreves a conducir un coche o una bicicleta que potencialmente puede matar y no te atreves a cambiarte la copa menstrual?
  • ‘Me da miedo equivocarme con la talla’ Pues lo peor que te puede pasar aquí es que…tengas que comprar otra talla de copa menstrual. La verdad es que este miedo tiene fácil solución. Si te sobra una talla, siempre la puedes guardar para más adelante. Si te queda pequeña, quizá a tu hermana no le importe usarla (una vez super esterilizada por supuesto).

A veces nuestro miedo no tiene una causa real y nos toca relativizar y mirarlo desde fuera. Pregúntate ¿por qué me da miedo? ¿De verdad es para tanto? Si tienes más dudas sobre el uso de la copa, puedes leer cómo limpiarla  y qué hacer si tienes pérdidas en el blog.

¡Atrévete a unirte a la #RevoluciónSostenible!

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