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Copa menstrual y lesiones del suelo pélvico: ¿Son compatibles?

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En este post queremos hablar del suelo pélvico… ¡ese gran desconocido! Parece que hasta que nos quedamos embarazadas o sufrimos lesiones del suelo pélvico no prestamos atención a una parte tan importante de la anatomía femenina. A continuación, Ágata Krupa, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico, nos va a dar unas claves para entender mejor qué es y cómo podemos ejercitar nuestro suelo pélvico. Información también muy interesante si tienes dudas respecto al uso de la copa menstrual en casos de suelo pélvico debilitado.

La copa menstrual no es una moda pasajera, ha venido para quedarse. Y entre las muchas ventajas que presenta (higiene, ahorro, sostenibilidad…), vamos a explorar si también a nivel de salud puede influir en el suelo pélvico, uno de los grupos musculares más importantes en el cuerpo de una mujer… pero que no se ejercitan con la misma asiduidad que otros más ‘visibles’. En este post vamos a explicar qué lesiones de suelo pélvico podrían dificultar el uso de la copa menstrual.

¿Qué es el suelo pélvico?

Empecemos por lo básico, ¿qué es el suelo pélvico? Un conjunto de músculos, ligamentos y fascias que cierran nuestra pelvis por debajo. Una especie de faja muscular o, como a mí me gusta explicarlo, una hamaca que se extiende entre el pubis, el sacro, el coxis y los isquiones.

Su función más importante es la de sostén, aguantar el peso. En la pelvis se encuentran los órganos internos (la vejiga, el recto, el útero) y ejercen el peso sobre los tejidos del suelo pélvico. Si volvemos al ejemplo de la hamaca, es sencillo entender por qué debemos reforzar y practicar los ejercicios del suelo pélvico especialmente antes y durante el embarazo, para que el peso del útero y del bebé no lo dañe.

Otras funciones serían la de continencia. Gracias a las contracciones de los esfínteres contenemos la orina, los gases y las heces y prevenimos las lesiones de suelo pélvico, como por ejemplo la incontinencia de esfuerzo. O también la función sexual, ya que, si la musculatura que rodea la vagina tiene buen tono, mejora la lubricación de la mucosa de la vagina y aumenta la sensibilidad, por lo tanto las sensaciones durante el acto sexual son mejores.

¿Qué son las lesiones del suelo pélvico?

En la vida de la mujer hay ciertas etapas que provocan cambios que pueden producir lesiones en la musculatura del suelo pélvico y la musculatura abdominal profunda. Fundamentalmente durante el embarazo, el posparto, si hay cambios hormonales drásticos (por ejemplo hipotiroidismo o endometriosis), durante menopausia o en supuestos de cirugías ginecológicas.

Es fundamental mantener esta musculatura fuerte, realizar los ejercicios con frecuencia independientemente de la edad y la época de la vida en la que estamos, sobretodo para prevenir lesiones de suelo pélvico y disfunciones como por ejemplo la incontinencia urinaria.

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Relación entre copa menstrual y lesiones de suelo pélvico

¿Y qué relación guarda todo esto con la copa menstrual? Te doy un poco más de contexto…

Durante el embarazo, por el crecimiento del bebé, las dimensiones de la pelvis y del abdomen aumentan. Aparte de estas adaptaciones del cuerpo, que son totalmente normales, se produce una hormona que relaja los tejidos, sobre todo en la región de la pelvis. Esta hormona, la relaxina, provoca mayor estiramiento y debilitamiento del suelo pélvico.

Sin dudas, lo que más daña la zona del piso pélvico es el parto vaginal. Pero cuanto mejor preparada y reforzada esté esta musculatura, más se reducen los riesgos de sufrir las lesiones típicas:

  • Episiotomía: corte vaginal que realiza el ginecólogo para ensanchar el canal del parto. Si nuestro suelo pélvico y la vagina no son suficientemente flexibles, puede ser que haya necesidad de realizar el corte.
  • Desgarro perineal: una rotura espontánea de la piel (en casos menos graves), la mucosa de la vagina o de la musculatura pélvica (en casos más graves).
  • Parto instrumental: el uso de algún instrumental, como por ejemplo el kiwi, ventosa, fórceps, espátulas… automáticamente aumentan el riesgo de sufrir una episiotomía o un desgarro.

Tras los traumatismos perineales, el médico pone los puntos en la herida. Al pasar dos o tres semanas la herida ya está cerrada y en la zona perineal observamos una cicatriz.

¿Puedo usar la copa menstrual si tengo cicatriz perineal?

Cualquier cicatriz puede provocar adherencias. Los síntomas de una cicatriz adherida a la musculatura del suelo pélvico son dolor al sentarse, molestia que impide la penetración, dolor al tacto vaginal, dificultades al orinar o defecar… Os recomendamos que si habéis sufrido un corte o un desgarro vaginal, acudáis a una fisioterapeuta especializada en suelo pélvico para valorar el estado de la cicatriz. La profesional realizará un estudio vía vaginal, valorará la profundidad de la cicatriz, su flexibilidad y el grado de disfunción de los músculos.

Cuando ya nos ha bajado la primera regla tras dar a luz, puede ser que sea más abundante y más dolorosa de lo habitual. Es totalmente normal ya que nuestro sistema hormonal se está asentando y poco a poco iremos notando mejoría en el aspecto de abundancia y dolor menstrual.

Si queremos usar la copa menstrual y hemos tenido un parto vaginal con episiotomía y/o con un desgarro, es fundamental valorar el suelo pélvico antes del primer uso de la copa y determinar el grado de la lesión de piso pélvico.

La fisioterapeuta del suelo pélvico valorará la zona genital, la fuerza del suelo pélvico, presencia de prolapsos genitales, estado de la cicatriz. Cualquier disfunción de esta zona podría provocar que la copa se caiga o dañaría la cicatriz.

Todavía no deberíamos empezar con el uso de la copa menstrual si sufrimos:

  •      Dolor y adherencias en la cicatriz perineal.
  •      Prolapso genital: de la vejiga, del útero o del recto.
  •      Neuralgia del nervio pudendo.
  •      Dolor de las paredes de la vagina.
  •      Incontinencia urinaria y/o fecal.

Si en la valoración del suelo pélvico la profesional descartó estas lesiones, entonces se recomienda comenzar a usar la copa menstrual eligiendo una talla más grande de lo habitual. Si antes de dar a luz usábamos talla M, después del parto empezamos con la talla L. La musculatura necesita tiempo y entrenamiento para que vuelva a su estado normal. Y para que la copa no se caiga es mejor comenzar con la talla más grande.

 

Ejercitando el suelo pélvico y la musculatura abdominal profunda, al pasar tres o cuatro meses ya deberíamos poder volver a la talla de antes. Si no es así, y notamos que las paredes de la vagina están muy distendidas, es una señal de que el ejercicio que realizamos no es suficiente para tonificar los músculos. En estos casos lo ideal sería realizar las sesiones de electroestimulación vaginal para despertar y reforzar la musculatura.

Ejercicios para fortalecer el suelo pélvico

¿Qué ejercicios recomiendo y se pueden practicar en casa para tonificar el suelo pélvico? Túmbate de lado, con las piernas flexionadas y coloca una pelota pequeña entre las rodillas. Coge aire profundamente y al soltarlo, activa tu suelo pélvico (cierra los esfínteres de la uretra y del ano a la vez aprieta la pelota). Notarás que tu piso pélvico se contrae (sensación de cortar el chorro del pis) y que tu musculatura abdominal se aplana. Mantén la contracción durante cinco segundos y la relajación durante otros cinco segundos más. Repítelo 15 veces a cada lado.

Es un tipo de ejercicio que activa de forma voluntaria los esfínteres y los refuerza. Se puede practicar durante el embarazo, posparto, en menopausia con el objetivo de prevenir las pérdidas de orina, gases, heces. Nuestra musculatura pélvica necesita ser ejercitada con frecuencia (al menos dos veces a la semana) de forma regular. Al pasar los años, las mujeres perdemos el colágeno en toda la musculatura del cuerpo. Para que el piso pélvico haga su función de sostén para los órganos internos es importante ejercitarlo regularmente.

Ágata Krupa, Directora de Clínica FEM y www.suelopelvico.eu

Soy fisioterapeuta especializada en ginecología y obstetricia. Desde hace 8 años trabajo en el campo de rehabilitación de suelo pélvico, preparación al parto, y recuperación posparto. He dirigido unidades de Suelo Pélvico en distintos centros y actualmente he emprendido mi propio proyecto: Clínica FEM (Fisioterapia Especializada en la Mujer).

Mi misión es dar visibilidad a la importancia de cuidar el suelo pélvico, especialmente la mujer, ya que nuestras madres y abuelas sufrieron muchas de estas disfunciones en silencio, pero hoy en día con la información que existe no podemos permitir que eso siga pasando. Por eso, me identifico mucho con la actitud #taboobreaker que proyecta Ilovecyclo. Conecta conmigo en @suelopelvico.eu y ayudémonos entre todas a difundir el mensaje.

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