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Tipos de enfermedades e infecciones vaginales

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Candidiasis, tricomoniasis, vaginosis bacteriana… Y un sinfín de tipos de enfermedades vaginales que pueden comprometer nuestra salud e interferir en la percepción de la vagina y la vulva. La falta de información puede provocar que muchas mujeres acepten que las enfermedades vaginales se deben “sufrir” y asumir por el hecho de ser mujer, cuando la realidad es que muchas de ellas se pueden prevenir con buenos hábitos para la vagina.

Aunque suene extraño en nuestra vagina conviven hongos, bacterias y microorganismos que conviven en equilibrio para que todo funcione correctamente. La vagina, que tiene un sistema muscular cerrado que se extiende desde la vulva hasta el cuello del útero, se ve afectada por diferentes factores externos. Por ejemplo, estar embarazada, el tipo de relaciones sexuales que tengamos, algunos medicamentos, problemas hormonales o incluso los niveles de estrés o problemas psicológicos pueden provocar que tengamos más facilidad para tener algún tipo de enfermedad o infección vaginal.

Enfermedades vaginales, ¿cuáles son sus tipos y sus características?

¿Qué es una enfermedad vaginal?

Las enfermedades vaginales más comunes se deben a un desequilibrio en el ecosistema de la vagina, provocada por la exposición de microorganismos externos o un desequilibrio de los propios hongos y bacterias que hay naturalmente en la vagina.

Los síntomas suelen ser parecidos en todos los casos, pero alguna ligera diferencia puede determinar el tipo de enfermedad vaginal que se padece, siendo las más comunes las producidas por bacterias (más relacionada con las relaciones sexuales) u hongos (como la cándida albicans, que vive en la vulva y la vagina).

¿Cómo saber si tengo una enfermedad vaginal?

Puedes detectar si padeces algún tipo de enfermedad vaginal si sientes que hay una anomalía en el aspecto de tu vulva, un flujo vaginal de un color distinto al habitual (por ejemplo, puede ser más denso y con un olor diferente), tienes ardor al orinar, rojeces, dolor e inflamación en la zona que rodea a la vagina o no tienes relaciones sexuales placenteras debido a las molestias.

Aún así, es muy difícil englobar todos los síntomas, ya que dependerá de cada caso en particular. Lo más fácil es conocer cómo es tu vagina antes de nada, para detectar fácilmente cualquier anomalía que requiera un diagnóstico.

Tipos de enfermedades vaginales

Hay muchos tipos de enfermedades vaginales, pero podemos dividir algunas de las más comunes en tres tipos: las que se producen por una infección bacteriana patógena, la que se produce por la proliferación de un hongo o bacteria presente en la flora vaginal.

Vaginosis Bacteriana 

La culpable de la infección es un desequilibrio de las bacterias que naturalmente se encuentran en la vulva y la vagina. En este caso, hay un número superior de anaerobios que de lactobacilus, y esa reproducción desmedida provoca la infección. Los síntomas suelen ser muy significativos: un fuerte olor (similar al pescado) y un fluido normalmente grisáceo. 

Para evitar tener vaginosis bacteriana debemos prescindir las duchas vaginales y las relaciones sexuales sin protección, pero sobre todo, intentar averiguar cuál es exactamente el problema con ayuda de profesionales.

Vaginitis

La vaginitis o vulvovaginitis suele ser una infección que puede afectar tanto a la vulva como a la vagina. Los síntomas más comunes suelen ser picazón, dolor, secreción u olor y es muy frecuente en las mujeres en su edad reproductiva. 

Como la vaginosis bacteriana, la vaginitis también se suele producir por una sobreproducción de un microorganismo del ph vaginal, en este caso producido por una levadura llamada candida (candidiasis). En este caso, los síntomas suelen ser mucho menos evidentes: sueles tener un flujo de color más blanco y el olor puede variar y ser mucho más fuerte que el habitual.

Infecciones bacterianas de transmisión sexual:

Tricomiasis

La tricomiasis es una enfermedad de transimisión sexual causada por un parásito llamado tricomona. Es una enfermedad que tarda bastante en manifestarse (de 5 a 28 días después de la infección) y suele tener síntomas como secreción irregular, olor, dolor al orinar y sensación de ardor en la vulva. Y, además, se suele presentar molestias en las relaciones sexuales.

Gonorrea

La Gonorrea es otra de las principales infecciones por transmisión sexual. La bacteria responsable de la infección se llama “Neisseria gonorrhoeae”. Si tienes gonorrea puedes tener un poco de escozor al orinar y puede ser más frecuente el spoting o sangrado entre menstruaciones. Aún así, los síntomas suelen ser bastante leves, por lo que es muy difícil detectarlo. Si tienes dudas, lo mejor es que lo consultes con un/a profesional.  

Clamidias

La clamidia se produce por una bacteria conocida como “Chlamydia trachomatis” que se contagia a través del contacto sexual y puede infectar tanto a hombres como a mujeres. Los síntomas no siempre aparecen, pero lo más común es que se produzca un flujo anormal acompañado de un olor fuerte, una sensación de ardor al orinar y molestias durante las relaciones sexuales.

Enfermedades de labios mayores

En cuanto a las enfermedades que afectan a los labios mayores de la vulva, que van desde el monte de Venus y rodean la terminación inferior de la vagina, suelen estar relacionadas con la vaginitis. Por sus características, la vaginitis provoca una inflamación de la vagina , los labios, y la vulva. Por eso, algunos tipos de vaginitis hacen que los labios mayores estén ligeramente inflamados o hinchados.

Enfermedades de labios menores

En cuanto a los labios menores, que se encuentran en la vulva -protegidos por los labios menores- y se extienden desde el clítoris hasta el perineo, también pueden presentar síntomas de enfermedades vulvovaginales. Por ejemplo, una patología que puede producirse es la hipertrofia de labios menores. Aunque es poco frecuente, se trata de una variante anatómica cuyas causas son aún desconocidas, y se describe como una especie de “tejido protuberante” en los labios menores. 

¿Qué infecciones vaginales son las más graves?

Aunque cualquier enfermedad vaginal puede complicarse, lo habitual es que se cure con el tratamiento adecuado. Por eso, quizá lo que más agrava las infecciones vaginales sea tardar demasiado en acudir a un/a especialista y buscar un tratamiento. 

Por ejemplo, sin ir más lejos, una candidiasis puede llegar a complicarse y hacer que sea más persistente y se produzcan de esta forma más repeticiones a lo largo de tu vida. De hecho, se estima que al menos 3 de cada 4 mujeres lo pasan en algún momento de su vida y se repite en la mayoría de los casos en dos ocasiones.

Por eso, lo ideal es que consultes cuanto antes con tu médico si notas síntomas graves como enrojecimiento, hinchazón persistente y muchos picores. Todos esos signos físicos deben ser tratados cuanto antes para evitar que tengas pequeños desgarros o llagas.

Otros factores de riesgo pueden ser estar embarazada, tener diabetes, un sistema inmunitario debilitado, si has tenido cuatro o más infecciones por cándida en un año o si te han diagnosticado que la infección ha sido provocada por un hongo más inusual. En cualquiera de los casos, ¡no te preocupes! Tarde o temprano encontrarás tu método para alejar las enfermedades vulvovaginales de tu vida. 

Causas más comunes de las infecciones vaginales

Medicamentos, antibióticos

Estamos tan acostumbradas a los antibióticos, que a veces nos olvidamos que además de curarnos, también pueden eliminar las bacterias saludables de la vagina, lo que puede producir un crecimiento excesivo de los hongos y exponernos a más infecciones vaginales.

La alimentación

¡Sí, la alimentación tiene que ver en esto! Y mucho. Sin ir más lejos, yo misma comprobé que haciendo una serie de cambios en mi alimentación puedes conseguir eliminar las candidiasis de repetición. 

El estrés

El estrés nos influye en todo, y más aún en las hormonas que interfieren en nuestro ciclo menstrual, nuestra digestión y metabolismo. Si se produce un desajuste del equilibrio interno de tu vagina, es muy probable que acabe incidiendo en un desajuste de las bacterias y los hongos.

Las relaciones sexuales sin protección

Las relaciones sexuales sin protección aumentan muchísimo el riesgo a contagiarnos de enfermedades vaginales. Por tanto, lo ideal, es que evitemos relaciones de riesgo, especialmente si tenemos más de un compañero/a sexual.

Los productos menstruales

Como lo lees. Los productos menstruales tradicionales están compuestos por tóxicos y perfumes que alteran el ph de nuestra vulva y vagina, por lo que nos exponen a contraer enfermedades vaginales. 

Tratamiento de las enfermedades vaginales

Los tratamientos de las enfermedades vaginales se basarán en tu caso en particular y el tratamiento que te brinde el/la especialista en cuestión, por lo que lo mejor es que te asesores bien.

Lo que sí es muy importante en estos casos es la prevención: tomar probióticos naturales, evitar las duchas vaginales, cuestionar si es necesaria la depilación integral (que nos protege de patógenos externos), utilizar productos menstruales que no interfieran en el ph de nuestra vulva o vagina (como la copa menstrual), priorizar la ropa íntima de algodón frente a la sintética o incluso alimentarnos según nuestras necesidades hormonales… Son algunas de las claves para mantener a raya las posibles infecciones vaginales.

En Escuela CYCLO siempre confiamos en que el tratamiento más eficaz es el autoconocimiento. Por eso, creamos el curso “Salud Vulvovaginal” donde abordamos cada enfermedad en particular, hablamos de enfermedades no tan conocidas, buscamos “por qués”, y soluciones efectivas para tomar (por fin) las riendas de nuestra salud ginecológica.

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