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Luna llena y menstruación ¿Afectan las fases lunares al ciclo menstrual?
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La luna y la menstruación siempre han sido una metáfora preciosa sobre nuestro ciclo menstrual, pero realmente ¿afectan las fases lunares al ciclo menstrual? Tradicionalmente la luna se asociaba a la cosecha, el mar, la luz y la oscuridad de la noche. La luna y la menstruación han inspirado muchísimas historias sobre quiénes somos y tienen muchas cosas en común: ambas tienen una historia cíclica de cuatro fases que dura aproximadamente 28 días.
Las cuatro fases de nuestro ciclo menstrual se han asociado tradicionalmente a las cuatro fases de la luna. Por ejemplo, la fase menstrual se asocia a la luna nueva. La menstruación es un momento de renacimiento, calma e introspección igual que una noche cerrada y oscura de luna nueva. Por eso, menstruar en luna llena se ve como una “energía más contradictoria”: la luna llena invita a una noche de luz, de apertura con el mundo y de gozo con los demás en contraposición a la energía de la menstruación.
¿Cómo afecta la Luna a la menstruación?
La luna tiene un impacto directo en el agua y las mareas. Teniendo en cuenta que el cuerpo humano está compuesto por una media de 65% agua, es muy probable que la relación entre la luna y la menstruación tenga mucho más de ciencia que de magia. Con la contaminación lumínica ahora es más difícil encontrar esa “conexión”. Pero si te fijas, la luna (y su luz/oscuridad) influye de alguna forma en nuestro ánimo.
De hecho, la luna y la menstruación están tan relacionadas que el mismo origen de la palabra “menstruación” procede de las palabras griega y latina “menis” que significa mes y “mene” que significa luna.
Pero, ¿qué hay de verdad en todas esas creencias sobre la luna y la menstruación? Pues déjame que me ponga un poco técnica:
El ciclo menstrual está compuesto por cuatro fases por las que transitamos todos los meses a lo largo de toda nuestra vida fértil. Como sabes, no podemos quedarnos embarazadas siempre: solo somos fértiles durante pocos días al mes que suelen ser dos días antes y dos días después de la ovulación. Esto tiene un sentido: controla de alguna forma la reproducción y hace eficaz su supervivencia.
Pero hay especies que van más allá. Muchas especies sincronizan su reproducción con el fin de aumentar su éxito reproductivo. Como las gatas: tienen un periodo de celo que se conoce como poliéstricas estacionales,que curiosamente sucede durante los meses de mayor incidencia de luz solar. O las tortugas marinas, que su reproducción ha evolucionado para sincronizar su reproducción con los momentos del año en los que la temperatura produce igual número de machos que de hembras.
En los seres humanos, no existe una constancia de que esto exista, o mejor dicho: hay un debate infinito sobre el tema. Pero sí se ha relacionado históricamente la fertilidad con la influencia lunar. Por ejemplo, la luna llena se ha nombrado como la luna fértil: una noche mucho más sexual, luminosa y abierta al mundo. Mientras que la luna nueva se ha asociado con su influencia de “renacimiento”, oscuridad e introspección perfecta para menstruar y dar paso a un ciclo más.
¿Pueden afectar las fases de la Luna a la menstruación?
Las fases de la luna afectan al humor y las sensaciones de las personas. Simplemente porque somos terrícolas y sin luna no existirían, por ejemplo, las mareas. La Luna y su gravedad atrae los océanos hacia ella. Realmente su atracción hacia nosotras es mucho más débil, pero no por ello nos deja de influenciar, sobre todo, en el plano emocional.
De hecho, me atrevo a decir que sin la luna no existirían muchas más cosas: como la poesía y muchas de nuestras historias. La noche nos invita siempre a mirar al cielo, y es en ese análisis de lo que hay “más allá” continúa inspirando canciones, relatos y sueños.
¿Afecta a todas las mujeres?
La luna no afecta a todas las mujeres. Como te decía, la influencia de la luna y la menstruación quizá tiene una explicación más emocional que física (con todo lo que sabemos por ahora). Quizá en un futuro tenga que rebuscar entre este post, y haya un estudio que demuestre indiscutiblemente la influencia física de la luna sobre la menstruación de las mujeres. Pero por ahora, todo recae en la mirada y los gustos de cada una.
¿Hay estudios al respecto?
Hay muchos estudios sobre la relación entre la luna y la menstruación. Algunos se contradicen, otros estudian diferentes facetas y por tanto tienen resultados diferentes.
Para que comprendamos mejor la discusión, te dejo dos de mis favoritos:
- La Dra. Wheeler y su estudio de datos sobre la relación entre el ciclo menstrual y las fases lunares: NO hay una relación
La Dra. Marija Vlajic Wheeler, con un PhD en Astrofísica de la Universidad de Oxford, pasó tres años haciendo un posdoctorado en el Instituto Leibniz de Astrofísica de Potsdam, en Alemania. Wheeler analizó las fechas del inicio del ciclo menstrual de 1.5 millones de usuarias de la aplicación Clue y no encontró ninguna relación en que las fases lunares estén relacionadas con las fases del ciclo.
La conclusión a la que llegó es que en realidad la duración del ciclo menstrual es muy similar a la de la fase lunar (en torno a los 28 y 29 días), por lo que es normal que al menos 1 de cada 2 personas menstruantes inicien su ciclo antes o después de la luna llena o luna nueva.
Por lo tanto, según el análisis de Wheeler, no tiene sentido que la luna nueva coincida con los días de menstruación o que exista una relación real entre los ciclos de la luna y la menstruación. Desde luego, es un estudio con muchísimos datos -1.5 millones- pero no es el único estudio que hay al respecto.
- El estudio de Science Advance sobre si las mujeres sincronizan temporalmente sus ciclos menstruales con la luminancia y los ciclos gravimétricos de la Luna: Sí hay una relación
Según otro estudio sobre si las mujeres sincronizan su ciclo con la luna, sí existe una influencia en la luna en los cuerpos menstruantes.
El 27 de enero de 2021 Science Advances publicó el estudio donde demostraba que las mujeres sincronizan temporalmente sus ciclos menstruales con la luminancia y los ciclos gravimétricos de la Luna. En comparación con el estudio de Wheever, los/as investigadores analizaron a mujeres individualmente con métodos de análisis biológicos. En concreto, se fijaron en la proyección gravitatoria de la luna y su luz y cómo afectaba hormonalmente a los ciclos menstruales de las mujeres. Llegaron a la conclusión de que los ciclos menstruales de las mujeres con una duración superior a 27 días eran intermitentemente sincrónicas con la luz de la luna y los ciclos gravimétricos.
En el estudio se da mucha importancia a la luz. Sobre todo, se dieron cuenta de que muchas de sus teorías podrían estar “alteradas” por la exposición de la luz artificial y la contaminación lumínica. Por eso, nunca podremos saber si realmente en la antigüedad, sin esa contaminación lumínica, el ciclo menstrual de las mujeres estaba sincronizado con la luna. Solo nos quedan suposiciones.
Los resultados, eso sí, no demostraron causalidad. ¿Eso qué significa? Pues que no pueden clarificar que realmente la luna afecte a la menstruación, pero sí que hay características que apoyan la intuición de que la luz y la gravedad de las fases lunares nos afectan hormonalmente.
También, encontraron pruebas que demostraban que las menstruaciones de muchas mujeres podían sincronizarse con la luna llena al estar “más tiempo despiertas” por su luz.
¡Ah! Y flipa: la gravedad también tiene que ver con la luna y la menstruación. La gravedad también afecta al sueño y la duración del ciclo lunar. Por eso, sugieren que el organismo humano puede responder no solo a cambios gravitacionales rápidos como los detectados por el sistema vestibular (que está en el oído y es el que regula el equilibrio y el control espacial), sino que también reacciona a cambios gravitacionales lentos y periódicamente recurrentes como los de la luna.
Fases de la Luna y ciclo menstrual
El cuatro es un número mágico y que marca un ritmo silencioso en la naturaleza. El mundo viaja por cuatro estaciones, la luna hace un viaje circular de cuatro fases y tu cuerpo transita por cuatro fases a lo largo de tu ciclo menstrual. Y curiosamente, todas tienen muchas cosas en común… ¿Te animas a descubrirlas?
Luna nueva y menstruación
Existe una creencia que dice que todas las mujeres menstruaban en luna nueva en la antigüedad. Hoy sabemos que la luna nueva se ha asociado tradicionalmente con la menstruación porque ambas marcan un inicio de un nuevo ciclo. Menstruar en luna nueva puede ayudarte a encontrar la paz y conciliar mejor tu energía de esa fase. Pero no te preocupes si tus días de sangrado no coinciden con esa fase. Como te comentaba, puedes sacar provecho a cualquier energía, aunque sea contradictoria.
Luna creciente y fase folicular
Después de la menstruación llega la fase preovulatoria, donde el folículo empieza a madurar hasta llegar a la ovulación. También se produce una transformación en la luna, que empieza a crecer hasta llegar a la luna llena.
Tanto la luna creciente como la fase folicular están marcadas por mucha energía, creatividad e impulsividad. Es parecido a la primavera: es un momento de despertar, de empezar a salir al exterior, de reencontrarse con la acción. El cielo empieza a estar iluminado por una luna más brillante y es momento de cultivar tus objetivos.
Si estás en fase folicular cuando la luna está creciente, las piezas del puzzle encajarán mucho mejor: puedes sentirte más despierta, con ganas de empezar algo nuevo por el aumento progresivo de los estrógenos.
Luna llena y ovulación
El ciclo menstrual avanza, y el pico hormonal de estrógenos hace posible la ovulación. Puede que, al mismo tiempo, la luna alcance su máxima capacidad y se dibuje en el cielo una luna redonda, brillante y espléndida.
Si ambas cosas suceden a la vez… ¡WOW! La fase ovulatoria es sociable, radiante, abierta al mundo. Lo mismo ocurre con la luna llena: suelen ser noches brillantes y eternas. Por eso, si tienes la suerte de menstruar en luna llena puede que potencies al máximo tu diosa interior y salgas a comerte el mundo.
Luna menguante y fase lútea
Después de la ovulación, los estrógenos empiezan a descender y predomina la progesterona: estamos llegando al final de otro ciclo. En el cielo, cuando hay luna menguante ocurre lo mismo: la luna empieza su camino hacia la oscuridad.
Pero la oscuridad no es algo negativo, o no tendría por qué serlo. La oscuridad implica reflexión, nos ayuda a entendernos, a estar en conexión con nuestros verdaderos deseos. Por eso, si tu fase lutea o premenstrual coincide en luna menguante vas a potenciar tu capacidad de análisis y autocrítica.
Es un momento genial para indagar y dar respuesta a muchas preguntas que hemos obviado a lo largo del ciclo.
Si quieres saber más sobre las 4 fases del ciclo y qué ocurre exactamente en cada una puedes visitar “Las hormonas del ciclo menstrual y sus fases”
Mitos y creencias sobre la Luna y la menstruación
La luna siempre ha sido un boceto en el que volcar miles de historias. La palabra “lunático” y “loco” provienen sin ir más lejos de la luna, porque antiguamente se creía que la luna llena tenía un efecto poderoso en la salud mental de las personas.
Para algunas civilizaciones, la luna llena era el momento en el que las mujeres se podían quedar embarazadas. También se creía que la luna llena inducía al parto y nuestros antepasados cultivaban en esa fase de la luna porque creían que las plantas crecieran mejor y más rápido. Los animales diurnos también aprovechan la luz de la luna para cazar, convirtiendo a la luna llena en un amuleto de lo salvaje, instintivo y creador.
La diosa de la luna romana, Selene, se encargaba de no dejar en la oscuridad a los mortales cuando su hermano Helios (el sol) desaparecía. Esta diosa llevaba una corona de media luna sobre su cabeza y se desplazaba un carruaje de plata conducido por dos caballos alados. Lo más curioso del mito de Selene es que ella dirigía la antigua medición del tiempo de los griegos: antes los meses se dividían en tres períodos, cada uno de 10 días, en concordancia con las fases de la luna… ¿Te imaginas que nuestro tiempo, en lugar de medirse bajo la linealidad, fuera cíclico, como nosotras?
Existen muchas historias sobre la luna, y muchas más relacionadas con la luna y la menstruación. Una de mis favoritas está en el libro de Miranda Gray, ‘Luna Roja’, donde diferenciaba dos clases de luna según en qué fase lunar menstruabas:
- Si menstrúas durante la Luna Nueva tienes una Luna Blanca: una época relacionada con la “fertilidad”.
- Mientras que si lo menstrúas con la Luna Llena, para Gray tu ciclo se corresponde a la Luna Roja: una etapa “mágica” y creativa.
Menstruar en luna llena te puede ayudar a encontrar sentido a lo interno y lo externo, a saber poner límites con tus relaciones sociales, a estar en conexión con los demás mostrando tu verdadero yo.
Son muchas las creencias que hay en torno a la luna, y creas o no en ellas, la verdad es que son muy inspiradoras.
Menstruar en Luna llena
Menstruar en luna llena puede o no significar algo para ti. Si sientes esa conexión especial con la luna, si te gusta entrelazar tu vida moderna con las tradiciones de tus ancestros, si para ti tiene sentido comparar tus fases del ciclo con la luna… Entonces, si te gusta, tiene un sentido y puede servirte para estar conectada con la naturaleza.
Según la sabiduría popular, la luna llena es la “luna fértil”: nos conecta con la tierra y su magnetismo. Nos aporta una energía de expansión, de estar para los demás y de celebración.
¿Cuando hay luna llena, no te imaginas un lobo aullando? Porque yo sí. Y aunque parezca una locura, hay algo salvaje en la luna llena. Si relacionamos la luna llena con el ciclo menstrual, todas estas características coinciden con la fase ovulatoria.
Tanto la fase ovulatoria como la luna llena tienen energías muy parecidas: ambas tienen ese aura de sensualidad, de fertilidad (una luna llena redonda, como la redondez del embarazo), llena de luz y fuerza creadora.
La luz de la luna llena alumbra la noche: por eso, puede ser significativo que quieras salir fuera a brillar. De hecho, a muchas personas les cuesta dormir las noches de luna llena, precisamente por ese carácter inquieto, volátil, sensual y poderoso. Te cuento más sobre el sueño en este post del blog: “Sueño y menstruación”
Por eso, si menstrúas en luna llena puedes sentir cierta “contradicción”: por una parte tu menstruación te hace sentir más introvertida, más intuitiva y en paz. Y esas sensaciones se confunden y “luchan” con la energía de la noche en luna llena, que es su antagonista.
Pero eso no tiene porque ser una “mala noticia”. Todo lo contrario. Si lo piensas, todo lo contradictorio tiene mucha verdad. Nunca estás feliz o triste, no es tan simple como eso. Nuestras emociones y nuestro contexto vital nos hacen sentir una gama de emociones diversas, con las que podemos trabajar.
Mi recomendación es que apuntes todos estos cambios en un diario. En el Diario CYCLO, dejamos un hueco para anotar las fases de la luna y entender si eso tiene un sentido para nosotras o no. Al fin y al cabo, todo es cuestión de abrir la mirada y enamorarnos de nuestra naturaleza cíclica.
Ojalá que la diosa Selene te acompañe siempre: en tus noches de menstruación y de ovulación, en la luz y en la oscuridad para conectar contigo misma.