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Cambios emocionales durante el ciclo menstrual

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Nuestras emociones o nuestro estado de ánimo cambian constantemente. Supongo que porque todo en este mundo cambia.

Y eso ni es bueno ni es malo. Forma parte de estar vivo: cambian las estaciones, los pensamientos, la forma de entender el mundo… 

Y, por supuesto, cambia mi cuerpo. Además de forma cíclica, inmerso en un baile hormonal fascinante.

Nuestras emociones son diferentes según en la etapa del ciclo en la que nos encontremos, y tenemos dos opciones: ir contra ellas o aprovecharlas.

Por qué cambiamos de humor durante el ciclo menstrual

Las hormonas hacen que mi cuerpo tenga su propio “clima”, y me regala emociones diferentes en cada etapa.

Esto no significa que cambiemos de personalidad o que nuestras emociones nos conviertan en otras personas, pero sí nos influyen y hacen que nuestros sentimientos se intensifiquen o se aletarguen.

Aunque la pubertad sea la etapa más “evidente”, las hormonas nos afectan seas hombre o mujer, joven o adulto/a. Son la química de las emociones. La chispa que nos enciende, que influye en nuestra forma de pensar, de actuar e incluso de entender la vida. 

Durante nuestro ciclo menstrual las hormonas fluctúan para asegurarse de que nuestro cuerpo esté listo para gestar vida.

Cada una de ellas tiene una función con unas características determinadas,  por lo que nos harán experimentar sensaciones diferentes a lo largo del ciclo

Si lo piensas… Es increíble que unas minúsculas sustancias -segregadas por células especializadas- sean las mensajeras químicas del cuerpo y  resulten tan decisivas para nuestro metabolismo.

Las hormonas: reguladoras de nuestras emociones 

Las hormonas son tan importantes que regulan la liberación de sustancias químicas conocidas como neurotransmisores, que tienen un impacto directo sobre las emociones.

Nuestras queridas hormonas también controlan muchas otras cosas: permiten el crecimiento y el desarrollo, regulan la reproducción y diferenciación sexual, o la homeostasis (que mantiene una condición interna estable).

Cuando empecé a investigar descubrí que hay tantas que podría estar escribiendo todo el día sobre ellas. Sin ir más lejos, el enamoramiento implica al menos a seis: la luliberina, el estrógeno, la serotonina, la oxitocina, la feromona y la endorfina.

¿Sabías que incluso una lágrima tiene hormonas? Pues sí, contiene prolactina, adrenocorticotropa y leu-enkefalino6. Por eso, al extraerlas de nuestro cuerpo, podemos sentir una sensación de “liberación”.

Pero para mí, la historia más increíble y más interesante, es conocer cómo fluctúan las hormonas en nuestro ciclo menstrual. Y, sobre todo, cómo nos hacen sentir emociones diferentes según en la fase donde nos encontremos.

Si sabemos sobre nuestro cuerpo, sabremos cómo evitar los cambios de humor y tener más estabilidad emocional. ¡Sigue leyendo que te lo cuento al final del post!

Hormonas femeninas: cómo nos afectan emocionalmente

Para empezar, en nuestro ciclo menstrual influyen innumerables hormonas, que siguen coexistiendo e interviniendo en nuestras emociones. Pero sin lugar a dudas, existen dos claras protagonistas: la progesterona y el estrógeno.

1. El estrógeno: aumento de libido y mucha energía

Antes que nada, quiero que sepas que las hormonas cambian nuestra forma de pensar y de sentir. Pero no por ello, todas las mujeres vamos a sentir las mismas emociones. A cada una le afectará de forma tan única como lo es su cuerpo.

El estrógeno y la progesterona son las responsables de que nuestro ciclo sufra “cambios”. En la primera etapa, la conocida como “folicular” los niveles de estrógenos tienen mayor presencia. 

El folículo empieza su proceso de maduración  y la hormona hipofisaria FSH estimulará a los folículos para producir el estrógeno hasta que empiece la ovulación.

Puede que ya hayas escuchado hablar de los estrógenos como “la hormona femenina” ya que son responsables- en parte- de agrandar las mamas y la cadera. 

Dentro del ciclo menstrual, en el momento en el que los folículos están en desarrollo, liberan más cantidad de estrógenos, por lo que nuestro temperamento se ve condicionado por esta hormona. En específico, tiene mucha presencia un estrógeno menos conocido: el estradiol. 

Quédate bien con el nombre, porque el estradiol aviva el deseo sexual y aumenta los neurotransmisores serotonina y la dopamina, relacionados directamente con el bienestar, la felicidad y el placer.

También te puede hacer sentir mejor a nivel emocional, porque beneficia a todo tu cuerpo: es buena para los huesos, el corazón y el cerebro.

Gracias a él puedes sentir que mejora  tu sueño o puedes notar que tu piel está más sana que de costumbre… ¡Una maravilla!

2. La progesterona: tranquilidad e introspección

Cuando se ha producido la liberación del óvulo del folículo y se ha formado el cuerpo lúteo, empieza a predominar la progesterona. Nuestro cuerpo está listo ante la posibilidad de gestar vida. Si te fijas su nombre ya nos da una pista: pro-gestación, que abreviado es progesterona.

La progesterona es la hormona elegida para nutrir y fortalecer el embarazo. Por eso, muchas veces caemos en el error de pensar que solo sirve para la reproducción. 

Pero no es así, de hecho, tanto los estrógenos como la progesterona, deben coexistir siempre al mismo tiempo, para conseguir un equilibrio. Son como el famosísimo ying y yang. 

Si el estrógeno ayuda al mantenimiento sano de los huesos, la progesterona participa en la creación de nuevo tejido óseo

La progesterona, al ser la compañera “opuesta” -que no contraria- del estrógeno, puede hacer que necesitemos buscar más la introspección y estar más que nunca contigo misma.

Aún así, ten en cuenta un par de cosillas: hay mujeres que son mucho más sensibles a los cambios hormonales que otras, algunas tienen problemas con la regulación de las hormonas. Aunque nos influyen, ninguna hormona podrá nunca marcar cómo se supone que te debes sentir.

Por qué tenemos cambios de humor o sensibilidad durante la menstruación

Lo tenemos tan interiorizado que asusta. Porque lo escuchamos en anuncios, en frases hechas, en conversaciones… “Cómo se nota que estás con la regla”, o “debe estar en esos días”, muchas veces con cierta negatividad a esta parte de nuestro ciclo.

Y, claro, durante la fase menstrual podemos tener cambios de humor. Igual que en el resto de nuestro ciclo. 

La menstruación implica un gran esfuerzo para nuestro metabolismo, y por eso podemos sentirnos mucho más sensibles ante cualquier estímulo. Pero eso no tiene por qué ser negativo y ni muchísimo menos significa que dejamos de ser nosotras mismas.¿Te han contado alguna vez que la menstruación puede ser una etapa emocionalmente positiva? Porque yo, tardé muchísimo en darme cuenta de todos los sentimientos bonitos que me genera menstruar.

A veces, tener dolores menstruales (dismenorrea primaria) puede nublarnos y nos sentimos como ‘tristeza’ de “Inside out” (si no has visto la peli, corre a verla). Y tampoco pasa nada. 

Quiero decir… No siempre podemos estar al 100%, alegres y agradecidas. Está bien tener momentos en los que necesitas estar contigo misma -que no sola- y buscar un poco dentro de ti.

La perspectiva cambia muchísimo cuando empiezas a entender cómo funciona tu ciclo, y que en realidad no existe ninguna parte mala. Son solo diferentes. 

La educación menstrual me ha ayudado a darme cuenta de que menstruar no significa sufrir. Si nutrimos nuestro ciclo y empezamos a tomar medidas naturales para librarnos del dolor menstrual… Empezaremos a aceptar que toda emoción es una herramienta.

En mi caso, suele ser mi etapa más “soñadora”. Mis emociones durante “la regla” suelen ser de “recogimiento”. Me encanta cuidarme, preparar cosas para mí misma y escribo mucho.

No sé, de alguna manera, siento que conecto con mi cuerpo. Dejo la acción para otro momento y me centro en estar tranquila.

La fase menstrual coincide con una “depuración” de nuestro organismo: el cuerpo lúteo se degrada y el tejido endometrial se expulsa provocando lo que conocemos como “sangrado menstrual”.

Nuestro cuerpo realiza un esfuerzo bastante importante para dar lugar a ese proceso, por lo que es natural que necesitemos un poco más de calma. ¡Está en nosotras mismas aprender a sacarle partido!

Cómo cambian nuestras emociones a lo largo del ciclo menstrual 

Antes de conocer cómo era mi ciclo, nunca me había planteado si tenía cambios de humor el resto de las fases.

Todo cambió cuando hice un estudio sobre mi ciclo, apoyándome sobre diagramas y apuntando cómo me sentía cada día. (Si quieres hacer el tuyo propio te dejo un link de descarga para hacer tu diagrama menstrual).

La cara que se me debió quedar cuando descubrí que había días en los que solía sentirme más enérgica, otras más autocrítica… Es increíble lo que podemos saber si empezamos a prestar atención a nuestro cuerpo.

Las emociones en la etapa folicular o preovulatoria:

Si nuestro cuerpo fuera el mundo, la fase folicular sería la primavera. En esta etapa del ciclo uno de los folículos de nuestro ovario empieza su camino hacia la ovulación. Nuestros niveles de estrógenos van subiendo y empieza a actuar el estradiol.

Personalmente, es la etapa en la que más optimista me siento. Muchas mujeres se sienten más energéticas o más fuertes para afrontar los problemas. 

Si la etapa menstrual era una etapa de “depuración”, la fase preovulatoria o folicular es más de “renovación”. Quizá, por eso, muchas personas menstruantes se sientan con ganas de “empezar algo nuevo”.

Las emociones en la etapa ovulatoria

¡Llega el verano! Y nuestro folículo llega a la línea de meta de su desarrollo: se empieza a hinchar y, activado por la hormona luteinizante, se rompe para liberar al ovocito.

Muchas mujeres son capaces de saber cuándo están ovulando, porque reconocen una serie de síntomas como la temperatura basal, cambios en el cérvix, sensibilidad en los pechos… Incluso pueden llegar a sentir una punzada o dolor suave en uno o ambos lados de la pelvis baja.

Yo aún estoy intentando reconocerlo, pero mientras tanto,tengo mi propio método para saber que he entrado en la fase ovulatoria: me siento mucho más segura de mí misma. 

Puede sonar un pelín raro, pero para mí es la prueba infalible de que estoy en “modo ovulatoria”. Muchas mujeres también experimentan un aumento del deseo sexual (gracias al subidón de estrógenos), o tienen más ganas de socializar que en otras fases.

Si lo miramos desde el punto de vista de la reproducción, y su objetivo de que se produzca la fecundación, nuestro cuerpo sabe perfectamente lo que se hace

Las emociones en la etapa premenstrual

El otoño es una de mis estaciones favoritas. No solo porque me ayuda a reorganizarme, a procesar todos los recuerdos del verano… Sino porque se parece mucho a un atardecer. Es el momento de ver las cosas con otro tipo de luz: una mucho más tenue y reveladora.

En nuestro cuerpo el folículo vacío se convierte en el cuerpo lúteo y el ovocito empieza a degradarse si no ha sido fecundado. La progesterona empieza a predominar y nuestro metabolismo hace un esfuerzo increíble para prepararse para la menstruación.

Esta etapa puede ser conocida como un momento de “conflicto”, tanto con nosotras mismas como con el resto de personas que hay en nuestra vida. Por eso, muchas mujeres tienen más discusiones durante esta etapa de su ciclo, o se irritan con más facilidad.

Pero esto no significa que sea “la etapa mala”. Todo lo contrario. En todas las historias, en los libros, en las películas… Hay un momento de inflexión en el que la/el protagonista da un giro a la trama. Sin esos momentos “críticos” la historia no sería ni la mitad de interesante.

Cuando estoy en fase premenstrual suelo pensar en las cosas que quiero cambiar de mi vida, todo lo que quiero mejorar… Se añade una perspectiva diferente, una etapa en la que estoy más conectada con “mi verdad”.

Cómo evitar los cambios de humor

Creo que la mejor estrategia para evitar los cambios de humor durante la menstruación es conocer cómo es nuestro ciclo

Si ya sabemos de antemano que, por ejemplo, en la etapa premenstrual necesitaremos más tiempo para realizar tareas o que en la fase ovulatoria estaremos mucho más preparadas para hacer planes, podremos adaptar mejor nuestro calendario. 

Al final nuestras emociones tienen un efecto “rebote”: se intensifican más si no las aceptamos. A mí me pasa, que cuánto más me entiendo, más respeto mis sentimientos y mis decisiones.

También tendremos que tener en cuenta que nuestro cuerpo no siempre es igual. Habrá rachas en las que nuestra salud mental y/o física esté un poco deteriorada y esto se vea inmediatamente reflejado en nuestro ciclo. 

Para ayudar a evitar esos cambios de ánimo podemos ayudarnos con remedios naturales como:

  • Reguladores hormonales: nos ayudarán a equilibrar las hormonas y por consiguiente, a templar las emociones y los cambios de ánimo.

  • Infusiones antiinflamatorias para episodios de dolor menstrual: el malestar es muchas veces el responsable de nuestras emociones, por lo que es muy aconsejable ayudarnos de los beneficios de las plantas para conseguir bienestar emocional.

  • Conocer tu ciclo te ayudará a saber qué es lo mejor para ti. Yo, por ejemplo, fui apuntando en mi diagrama  menstrual que infusiones me sentaban mejor hasta que di con mi propia fórmula.

¿Aún no has hecho tu diagrama menstrual? ¡Descárgala gratuitamente aquí!

  • Conocer qué tipo de alimentación es mejor para cada fase del ciclo menstrual: la alimentación consciente hará que sepas qué le conviene a tu cuerpo en cada momento y te ayudará a controlar mejor tus sentimientos a lo largo del ciclo. Por algo existe el refrán de “a barriga llena, corazón contento”.

  • Meditación, ejercicios de relajación y yoga: nos ayudarán a “aceptar” los sentimientos y a adquirir el super poder de “digerir” nuestras emociones.
  • Escribir, dibujar, expresar: da igual que seas más o menos creativa, lo importante es que encuentres tu espacio de expresión. Te ayudará a encontrar la paz, y a hacer trabajar a tu subconsciente. Seguro que te sorprendes.

  • Potencia tus emociones: soy de las que creen que no existen emociones “malas” sino perspectivas equivocadas. Ya, ya sé que es muy fácil decirlo, y no quiero sonar a positivismo barato. 

    A veces un día triste, puede significar solo eso: un día malo.  Pero, en otras ocasiones, la tristeza puede ayudarnos a valorar a quién tenemos al lado, o inspirarnos una idea.

Creo que lo mejor que podemos hacer por nuestras emociones es reconocerlas,  entenderlas, aceptarlas y aprender lo mejor de cada una de ellas. 

Con el objetivo de que descubras CÓMO eres en cada una de tus fases, CÓMO aprovechar las diferentes fases para mejorar tu vida, CÓMO conocer tu ciclo para aplicarlo a tus emociones, al trabajo, al deporte, a la alimentación… fundamos CLUB CYCLO!!!!

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