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Ginecología natural | ¿Qué es?, ¿cómo te ayuda?
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La verdad es que nunca me había preguntado si era normal que me doliese menstruar. Ante la falta de información, solía comprar una tanda de analgésicos sin entender el origen de mis molestias. Hasta que, gracias a la ginecología natural, empecé a preguntarme por qué.
Mi dolor tenía una explicación. Empecé a comprender que mi cuerpo no era algo que deba “reparar” cuando estuviera enfermo, sino que tenía que “cuidar” para que estuviera saludable.
Durante mis menstruaciones había algo que no dejaba de sonar en mi cabeza: “¿Por qué me hace esto mi cuerpo”. Pero la ginecología natural me hizo reformular la pregunta: “¿qué está pasando para que me duela tanto menstruar?”
¿Qué es la ginecología natural?
La teoría está muy bien… Pero, ¿qué es exactamente la ginecología natural y por qué me debería interesar?
La ginecología natural es una disciplina que se centra en descubrir el poder de nuestro ciclo para conseguir una salud óptima y evitar molestias o enfermedades. Preguntarnos constantemente qué es lo mejor para nosotras mismas y hacer un ejercicio de autodescubrimiento.
Es un método que apuesta, sobre todo, en “devolvernos” la sabiduría del cuerpo de la mujer. Pero, para ayudarnos a centrar las ideas, ¿cuáles son exactamente sus características principales.
–Sabiduría personal.
La medicina moderna se ha centrado en “agrupar conocimiento masivo del cuerpo femenino” para poder diagnosticar problemas en la salud femenina en grandes grupos de mujeres. El problema es que no todo se puede generalizar y lo que me sirve a mí, puede no ser bueno para ti.
Por eso, la ginecología natural apuesta por diseñar un plan único para cada mujer, gracias a la autoexploración y el conocimiento del cuerpo. Imagina hasta dónde llegaríamos si todas tuviéramos nuestro propio manual de instrucciones…
–Prevención antes que curación
La ginecología natural comparte muchos objetivos con la medicina china. Ambas desean potenciar, por ejemplo, la prevención antes que la curación.
Básicamente, buscan que nuestro cuerpo esté siempre en las mejores condiciones. En realidad tiene sentido: así no tenemos que esperar que lleguen las “molestias” y podemos solucionar el problema desde la raíz.
–Vuelta a los orígenes
Una de las cosas más buenas de la naturaleza es que parece que sepa sobre nuestro cuerpo. Y en eso se centra la ginecología natural: en recuperar métodos naturales ancestrales y nuevas técnicas para regular la salud hormonal.
Gracias a la ginecología natural se ha descubierto que muchas plantas, alimentos o semillas pueden ayudarnos a potenciar nuestra salud en las diferentes fases del ciclo menstrual.
–Reconciliación con nuestro cuerpo.
El amor propio actúa igual que con los prejuicios: se curan con conocimiento. La ginecología natural quiere precisamente eso, quitar las regiones de oscuridad, aprender a aceptar nuestro cuerpo tal y como es.
El primer paso para reconciliarnos con nuestro cuerpo es aprender a reconocer nuestro propio dolor. Puedes empezar, por ejemplo, conociendo las claves para aliviar tu dolor menstrual.
Nuestro ebook de “Bienestar menstrual” te ayudará a saber más sobre tu propio cuerpo. Te dejo aquí el enlace para que puedas descargártelo gratuitamente.
-Una disciplina integral
A veces creo que vivo en “mis pensamientos” en lugar de “mi cuerpo”. Porque no estamos tan acostumbrados a pensar que “somos” un cuerpo.
Tendemos a “fragmentar” nuestro cuerpo: lo separamos de nuestra conciencia y nos olvidamos que todos los elementos de nuestro cuerpo nos afectan.
La ginecología natural entiende el cuerpo como un “todo”. Por lo que nunca atiende a un solo órgano, sino que procura estar en sintonía con todos los elementos del cuerpo. Por eso, también tiene muy en cuenta a las emociones, a los cambios hormonales…
-No está en contra de la medicina moderna
Puede parecer que la ginecología natural está en contra de la medicina moderna. Pero nada más lejos de la realidad.
Reconoce los grandes avances, y la necesidad de la investigación para tratar enfermedades. En lugar de aparecer como un “contrario”, quiere ser otra alternativa más para favorecer estilos de vida más saludables.
Remedios naturales
En realidad, un estilo de vida saludable es el mejor remedio natural que existe. Hacer deporte, tener una buena postura, una alimentación consciente, una buena higiene genital, utilizar ropa que no nos apriete… Son las claves esenciales para tener una salud óptima, en todos los sentidos.
Aunque eso sí, siempre hay algunos “atajillos” que nos hacen sentir bien casi al instante. Por ejemplo, una buena infusión antiinflamatoria o un súper alimento como el brócoli en plena fase menstrual…
Remedios herbolarios
La ginecología natural se ha centrado en buscar las propiedades de las plantas para aliviar y potenciar las fases del ciclo menstrual. Existen muchísimas, y lo mejor es que pruebes cuál es la que mejor te sienta…
- Manzanilla: ¡Empezamos con una bastante famosa! La manzanilla siempre ha sido la reina de mi casa. Y no solo sirve para calmar los nervios: también es antiespasmódica.
- Jengibre y cúrcuma: ambas viene muy bien para los dolores menstruales y premenstruales ya que tienen grandes poderes antiinflamatorios.
- Canela: mejora la circulación de la sangre ayudando a que fluya el flujo menstrual y ayuda a equilibrar los niveles de azúcar en sangre.
- Escaramujo: es un buen remedio astringente, por lo que vendrá muy bien para las mujeres que tengan desórdenes en el sistema digestivo durante la menstruación. Además es vitamínico, sobre todo por su aporte de ácido ascórbico (vitamina C).
- Hibisco: me encanta ver su flor en muchos jardines, pero es que además es un medicamento natural para regular la función digestiva y es antioxidante.
- Caléndula: una infusión de caléndula es un acierto seguro. Es antiinflamatoria, antiséptica, antiviral, antibacteriana y antiespasmódica. Por lo que servirá además, para protegernos de posibles infecciones.
Además, uno de los recientes descubrimientos de la ginecología natural apunta a que la planta mediterránea Vitex Agnus Castus (Sauzgatillo), puede ser un excelente regulador hormonal para tener un ciclo mucho más equilibrado y sano. De hecho, existen numerosos estudios sobre sus beneficios.
Aleja de ti los medicamentos químicos
No se trata de demonizar todo aquello que se aleje de lo puramente natural. Pero sí empezar a ser conscientes de qué estamos tomándonos y reflexionar sobre si existe una alternativa natural.
Muchas veces no tenemos en cuenta los posibles efectos secundarios, y abusamos de medicamentos que pueden ser contraproducentes.
Por ejemplo, ¿sabías que algunos analgésicos que tomamos para el dolor menstrual no son antiinflamatorios? Es decir, son capaces de “eliminar” la señal de malestar pero no reducen la inflamación típica de la fase menstrual.
Saber esto me hizo entender muchas cosas: los medicamentos químicos alivian el dolor, pero no ayudan a que nuestra menstruación sea más saludable.
Si no sabes que existen alternativas naturales, es muy normal que acabes abusando de los analgésicos. Y eso podría provocarnos efectos secundarios que, aunque son muy poco frecuentes y ocasionales, siguen siendo una desventaja frente a los métodos naturales.
Ejercicios de autoexploración
¿Has mirado alguna vez cómo es tu vulva? Parece una pregunta un poco extraña, pero muchas veces damos por hecho cómo es nuestro cuerpo.
Conocer cómo es tu anatomía te va a servir como una “hoja en blanco” para estar atenta a posibles cambios o irregularidades.
Muchas veces tendemos a alarmarnos cuando nuestro cuerpo experimenta cambios y no encontramos una explicación.
De hecho, lo confieso, soy la primera que recurre a Google cada vez que noto algo extraño.
Pero… ¡Calma! Lo bueno de la autoexploración es que te ayuda a estar al tanto de lo que pasa por tu cuerpo, para poder ser más eficaz a la hora de detectar un problema.
Por ejemplo, descubrir que tu flujo tiene un color extraño, o que tus pechos están más hinchados en diferentes etapas del ciclo.
- Observa tu vulva. Ponte cómoda y mírate bien. Puede ser un ejercicio muy bueno para aceptarte tal y como eres. También te puede a ayudar a aprender a distinguir sus partes y a aprender más sobre ti misma.
Nuestro ebook de “Bienestar menstrual” te puede dar muchas herramientas para empezar tu autoconocimiento.
- Identifica los cambios en tu flujo cervical. El flujo vaginal es un signo de que tu vagina está lubricada y de este modo, te protege de posibles infecciones o bacterias.
Creo que es muy interesante empezar a entender cómo cambian a lo largo del ciclo las secreciones que tu vagina produce naturalmente.
Por ejemplo, un moco cervical parecido a la clara de huevo y elástico indica que estás ovulando y puede ser el momento perfecto para intentar quedarte embarazada.
El flujo vaginal también puede indicar posibles enfermedades como la candidiasis (flujo blanco con grumos), tricononiasis (flujo amarillento o verde), vaginitis gonocócica (flujo marrón o con sangre).
Aunque eso sí, en ningún caso te autodiagnostiques sin antes consultar con un profesional… Recuerda que cada mujer es única y responde de forma diferente. Puede ser una falsa alarma.
- Autoexploración mamaria Este ejercicio quizá es el más conocido, ya que es un punto clave para actuar frente a posibles bultos.
Los expertos recomiendan hacerlo al menos una vez al mes.
Si es la primera vez que lo haces (yo tardé muchísimo), lleva cuidado: la glándula mamaria tiene una consistencia nodular e inicialmente puede parecer que estás palpando “bultitos”. Por eso, lo mejor es que las primeras veces lo hagas con una persona algo experimentada.
- Tu sangre menstrual es valiosa. Sí, la sangre menstrual es la GRAN infravalorada. Gracias a la ginecología natural, hemos descubierto que es un medidor único para comprobar que todo va bien por nuestro cuerpo.
Además, ¿sabías que contiene células madre? Yo cuando lo descubrí, empecé a verla de otra forma. Entiendo que al principio puede causarnos cierto rechazo, pero te recomiendo que veas cómo es tu sangre “al natural”. Muchas de las compresas desechables utilizan cloros y no sirven para ver el color real de tu menstruación.
Por ejemplo, si nos fijamos en el color, podemos tener sangre más rosita (bajos niveles de estrógenos), roja y gris (posible infección o aborto espontáneo), rojo vibrante (sangre “joven”, indicadora de que estás saludable), y más marrón (sangre más “antigua” pero completamente normal).
- Explora tu sexualidad. Sin ir más lejos, el sexo es un analgésico natural y no hay que subestimarlo.
Una de las claves del empoderamiento femenino es que no tengamos ningún tabú a la hora de explorar nuestro cuerpo y aprender a encontrar el placer.
Identifica las etapas de tu ciclo menstrual
Solía creer que mi menstruación era el único cambio que tenía mi metabolsimo. Pero la realidad es que mi cuerpo no deja de cambiar nunca.
Gracias al baile hormonal y al esfuerzo de nuestro organismo para prepararse para gestar, nosotras cambiamos la percepción y la forma de sentir a lo largo de 28 días (o más, o menos).
La ginecología natural apuesta por estudiar el ciclo para entendernos mejor, ser más productivas o saber qué planes son mejor para ti dependiendo de la etapa en la que estés.
Etapa menstrual: es el inicio de tu ciclo, y suele coincidir con una etapa más de recogimiento. Por ejemplo, es un tiempo que dedico a estar más conmigo misma. Ten en cuenta que es una fase en la que tu cuerpo está “depurando”, por lo que puede ayudarte a parar un poco y recargar energías.
Etapa folicular o preovulatoria: empiezan a subir los niveles de estrógenos y el estradiol ayuda a nuestro estado de ánimo. Suele coincidir con una etapa más social o inspiradora. Aquí es cuando aprovecho para organizarme y empezar con cosas que tenía pendientes.
Etapa ovulaturia: los niveles de estrógenos alcanzan un punto crítico y se produce la ovulación. Aumenta la progesterona y nos volvemos mucho más empáticas con el resto. Suele ser una etapa en la que me siento muy inspirada para tener detalles o buenas ideas para regalar, por ejemplo.
Etapa lutea o premenstrual: si el óvulo no ha sido fecundado, empieza a degradarse para volver al sangrado. Solemos ser muy autocríticas y es un buen momento para ser más conscientes de lo que quieres cambiar en tu vida.
De todas formas… ¡Esto puede no aplicarse a ti! O sí, pero con matices. Lo mejor y más valioso (y lo que desea la ginecología natural) es que lo descubras por ti misma.
Aunque aún queda mucho más por investigar sobre el cuerpo de la mujer, lo que está claro es que la ginecología natural viene pisando fuerte.
Siempre existirán enfermedades incapacitantes en las que muchas mujeres necesitarán ajustarse a procedimientos médicos especiales. Pero si no formas parte de esos casos: no lo dudes.
Nuestro cuerpo nos está mandando señales y es hora de que empecemos a escucharnos.
Be a #TabooBreaker